Como Mamá, me gustaría que mi hijo aprendiera el valor de los regalos que no cuestan. Son esos que se dan sin medidas, sin esperar recibir algo a cambio y que se hacen con todo el amor del mundo y una sonrisa en los labios. Por eso es que no pesan, ni cuestan, sin embargo su significado y su valor pueden representar un mundo para la persona que lo recibe.
Son esos regalos que nacen del amor genuino y en los que pones todo tu empeño y creatividad. No necesariamente tienen que ser en forma de manualidad, también pueden venir envueltos en forma de un paseo, un helado, un café, una carta o simplemente un tiempo de calidad donde se pueda compartir, sonreír, hablar, reír y abrazar!
Yo tengo la suerte de recibir ese tipo de regalos de mi esposo, de mi familia y mis amig@s. Soy muy afortunada y vivo agradecida pues me hacen sentir querida y muy especial. Precisamente eso era lo que pasaba por mi mente cuando preparé algunos regalos que les compartiré a continuación. Lo que no sabía mientras los preparaba era el gran valor emocional que tuvieron en las destinatarias hasta varios años después...
Mi Abuelita Lucy era un ser encantador que se pasaba creando, cosiendo, reciclando y cuidando su patio y su jardín. Le gustaba documentar cada manualidad que hacía y era nuestro trabajo tomar fotografías y luego entregarle la foto impresa. Con el tiempo, las fotos se le fueron acumulando y era su deseo tenerlas todas en un sólo álbum. Para aquellos días estaba muy de moda el ‘srapbook’ y yo me encargué de agrupar sus fotos y personalizar un álbum con los materiales que tenía a mano y le hice su ‘gran libro de manualidades’. Todo el que visitó a abuela después que le hice ese regalo, tenía que sentarse a ver el libro y ella con emoción te explicaba los materiales que utilizó, para qué y quién hizo esos regalos y era encantador verla describir cada una de sus piezas de arte. No sólo el que visitaba su casa tenía que ver el libro, ella buscó una bolsita y cargaba con el libro a sus citas médicas pues le enseñaba el libro a las secretarias y así se entretenía en la sala mientras esperaba a ser atendida.
La experiencia de tener un ‘libro’ le gustó tanto que un día expresó su anhelo por resolver lo que ella entendía era un problema, pero dejaría de serlo pues ella tenía la solución… La familia perruna aumentaba en personas a su alrededor y ella había confeccionado vestidos y accesorios para perritos y hasta había bautizado a unos cuantos de esos caninos y de pronto, ¡Zaz! -”Verónica; tengo que hacer un libro para ayudar a la gente a nombrar a sus perritos”- Como ella era una emprendedora de nacimiento, no hice caso a su petición. La semana siguiente cuando fui a visitarla me entregó la primera lista de nombres de perritos. Bueno, supuse que en algún momento le haría el libro, pero esa misma semana recibía llamadas a diario de ella pidiéndome que añadiera más nombres a la lista. Eso tenía abuela, la emoción a veces la consumía y tenía mucho apuro por ver el resultado final (aunque a veces eso significara algunas faltas de terminación al producto final). ji..ji..ji.. ¡Hasta en eso nos parecemos!
Bueno, me puse manos a la obra y otra vez con los recursos que tenía: -Power Point- le hice el ‘libro’ de nombres para perros. Fui a OfficeMax, pedí varias copias y que plastificaran la portada. Ella nunca se enteró que fue un lindo ‘power point’ hecho con mucho amor. Estaba tan feliz con la ‘publicación’ de su ‘libro’ que tuve que volver a buscar más copias. Aunque el “libro” no se vendió, tuvo tanto éxito entre los vecinos y amistades que hicimos varias tiradas y una nueva edición pues ella seguía añadiendo nombres.
Recuerdo otro regalo que hice por navidad. El 24 de diciembre de 1999 a las 2:37 am terminé de preparar unos versos para Mami, tenía 16 años y no me había preparado para comprar su regalo de navidad. Pero tenía materiales que habían sobrado de la celebración de mis 15 y cuando hay amor ya saben que la inspiración sobra. Luego de preparar e imprimir el escrito, quemé los bordes y decoré el escrito del corazón y lo puse dentro de una caja que decoré como toda una profesional… Mi sorpresa llegó las semanas siguientes cuando acompañé a Mami a buscar un cuadro a una tienda de enmarcados. Parece que el regalo gustó tanto que encargó que lo enmarcaran bien bonito para adornar la casa y que quedara para la posteridad.
Mi consejo es que regalen amor! Mucho amor, en todas sus formas. Si tienen un ser querido que tienen un anhelo o deseo, ¿qué mejor regalo?... que cumplírselo!!!. Lleva a Mamá a ese lugar que siempre ha soñada, regálale un atardecer frente al mar, regálale una hermosa sesión fotográfica con la familia o los nietos. Un regalo que perdure en su mente y en su corazón y que ni el dinero o el tiempo puedan comprar.
Por nuestra parte Emiliano comenzó a trabajar desde el año pasado esta práctica. Se la enseño con amor por si un día le nace hacerlo él solito. Yo siembro semilla, lo demás será su decisión...
Se acerca el día de las madres y con esa celebración, el deseo o necesidad de comprar los regalitos para esas madres especiales de nuestra familia. Te propongo que compartas conmigo: ¿Qué regalo se ha quedado en tu mente y en tu corazón? Tu experiencia puede servir de idea para regalos de madres del próximo año o algún regalo de la próxima fecha especial a celebrar…. ¡Feliz día de las madres, a todas gracias por inspirarnos siempre tanto amor!
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